El espacio escénico de la obra se separa en dos localizaciones:
La obra comienza en una acogedora biblioteca, representada con estanterías llenas de libros de diferentes tamaños y colores. Este espacio transmite calidez e invita al espectador a sumergirse en el mundo de la lectura. La iluminación tenue y cálida refuerza la sensación de un lugar especial donde los libros cobran vida. Aquí, Greta desarrolla su pasión por la lectura y recibe el enigma que la llevará a su nueva aventura. La transición de la librería al bosque se realiza con efectos visuales y sonoros, dando la sensación de un viaje mágico y sensorial.
El segundo espacio será el Bosque de los Cuentos. Árboles altos y frondosos, decorados con luces tenues y elementos fantásticos, crean una atmósfera de ensueño. Los niños han entrado al mundo de los cuentos. Se utilizan proyecciones y cambios de iluminación para ambientar diferentes momentos del relato. En este espacio, los personajes de los cuentos cobran vida a través de títeres y actuaciones dinámicas, convirtiendo al bosque en un lugar lleno de misterio y emoción, donde Greta deberá resolver el enigma que está afectando a los cuentos clásicos